
La revista, The Economist, en su edición impresa del miércoles 13 de Agosto de 2009, hace un llamado de atención a las empresas de telefonía fija para que respondan a la cifra de aumento de ciudadanos americanos que prefieren utilizar los teléfonos móviles.
Con la actual crisis económica, los estadounidenses están remplazando la telefonía fija por los teléfonos móviles porque les ofrece a las personas mayor libertad a la hora de realizar llamadas ya sean locales o internacionales por una tarifa igualmente económica.
“Los operadores de telefonía fija están preocupados porque sus clientes han abandonado sus subscripciones a un ritmo de 700.000 por mes”1. Antiguamente las empresas de telefonía móvil en Nueva York eran un negocio autónomo y óptimo, pero ahora podrían llegar a la quiebra ya que en los últimos años han perdido un 40% de sus ingresos fijos y se han reducido en más de un 30%.
A pesar de la preferencia por la telefonía móvil, la telefonía fija en algunas ocasiones sigue siendo un instrumento de gran utilidad. A la hora de solicitar algún servicio de emergencia como los bomberos o la policía la mayoría de las empresas se verían afectadas ya que estas dependen de líneas fijas.

Los teléfonos móviles son más difíciles de conseguir y tienen un costo más elevado a la hora de pagar los minutos que se emplean en las llamadas, en cambio las empresas de telefonía fija ahora optan por cobrar una tarifa única para el costo de las llamadas ya sean locales, nacionales o internacionales y en muchos casos tiene un combo con internet de banda ancha, opciones para captar más usuarios e intentar tener una mayor cobertura y rapidez.
Una posible solución a este complejo tema sería lograr una regulación, en este caso por parte del gobierno de Estados Unidos, para lograr una alianza entre las empresas prestadoras de ambos servicios, tanto de línea fija como móvil, ya que el sistema de telefonía fija ya no es lo suficientemente funcional, no tiene la misma cobertura ni eficacia, “En vez de intentar mantener viva una tecnología del siglo XIX, se deben actualizar las reglas de telecomunicaciones de Estados Unidos para fomentar la puesta en práctica de esta nueva infraestructura del siglo XXI.”2

Es una tarea que puede resultar dispendiosa pero las condiciones de la sociedad y el momento lo exigen, no son funcionales los cables de cobre existiendo la fibra óptica y la banda ancha, y la cuestión aquí no es acabar con las empresas de telefonía fija, sino que en un período de tiempo estas puedan adaptarse a las necesidades del momento, ofrezcan una mayor cobertura, confiabilidad y utilidad para los usuarios que cada día viven con más afán y necesitan servicios portátiles para sus labores diarias, un servicio que los acompañe en todo momento incluyendo su trabajo y posibles emergencias.

1.http://www.economist.com/opinion/displaystory.cfm?story_id=14213965
2.http://www.economist.com/opinion/displaystory.cfm?story_id=14213965
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