miércoles, 7 de octubre de 2009

Elecciones en Alemania


La Revista The Economist, en su edición impresa de jueves 1 de octubre de 2009, hizo un artículo especial refiriéndose a las elecciones que tuvieron lugar en Alemania, el pasado 27 de septiembre de 2009.
Las elecciones dieron un buen resultado, tanto para Alemania como para Europa porque la canciller Ángela Merkel escapará de la coalición entre los demócratas cristianos y los socialdemócratas formando una nueva coalición de centro de derecha.
Esta nueva coalición es un paso hacia el futuro y Ángela Markel es la indicada para impulsar este nuevo cambio porque muchas de las reformas que necesita Alemania resultaban difíciles de discutir y mucho más de poner en práctica incluyendo sus sistemas fiscales y de bienestar, para cuidar la salud y el mercado de trabajo.
A pesar de ver la posibilidad de un cambio hacia el futuro persiste una preocupación al parecer porque Ángela es muy tímida y porque hace cuatro años la quemaron gravemente cuando su breve abrazo hacia una reforma condujo a una fuerte caída en los índices de su antiguo partido.
Ahora se va a insistir en la simplificación de impuestos y posiblemente también en el recorte de los impuestos. Sin embargo Merkel ha insinuado que ella no está de acuerdo a las reformas del mercado laboral y que se adhieran a los salarios mínimos que el gobierno ha previsto.
Alemania apenas está emergiendo de la recesión y del desempleo y probablemente para levantarse está realizando con todo el cariño y cautela todos los procesos para generar un consenso para proponer un cambio radical.
Hay una gran oportunidad de cambio ya que la oposición está en desorden después de obtener su porcentaje más bajo en la votación en casi 80 años y ver que el partido de izquierda con el que se niega a trabajar está cerca a un 12% de la influencia.
Aunque la economía se esté recuperando, los bancos están preocupados y el crecimiento seguirá siendo lento. Más adelante Alemania deberá hacer frente a la reducción y el envejecimiento de la población, un rápido crecimiento de la deuda pública y la necesidad de pasar de la dependencia de las exportaciones hacia un mayor consumo entre otras reformas.
La reforma es dura para cualquier gobierno, pero las ideas del FDP para impuestos más bajos y la liberalización adicional son prometedoras. Los impuestos más bajos deben estimular el crecimiento. Y la respuesta más sabia al alto desempleo es desregularizar mercados de trabajo y evitar salarios mínimos. La experiencia alemana de la reforma limitada a seis años hace y la evidencia de otros países como Dinamarca, ambas demuestran que la mejor manera de animar a patrones que empleen es hacerla más fácil para que emprenda con eficacia.
Una coalición centro-derecha puede perseguir una política energética más sensible también. Ambas partes favorecen ampliar la vida de las estaciones de energía nuclear de Alemania, así que el nuevo gobierno debe volcar la decisión 2000 para eliminar todos antes de 2022. Con Merkel en la cancillería, y con Sr. Westerwelle que probablemente será Ministro de Asuntos Exteriores en lugar del Steinmeier Franco-Walter del SPD, es la ocasión para que el gobierno responda a la dependencia cada vez mayor de Alemania, ayudando a liberalizar el mercado de la energía en la Unión Europea.
Con Westerwelle puede ser menos probable impulsar el retiro temprano de tropas alemanas de Afganistán. Siendo más resistente en Rusia, él tiene voluntad en mejorar las relaciones alemanas con la central y Europa Oriental. El nuevo gobierno negro-amarillo podría ser justo lo que Alemania necesita.

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